Google translate, Babylon, traductores de marca blanca (quizá algún día hacendado...). Todos ellos resuenan en los oídos del traductor como si de pesadillas se tratase. A todos nos han comentado alguna vez cómo un colega ha tenido que traducir algo para la universidad, trabajo etc. y se ha quedado tan ancho copia-pegando de una de esas maléficas cajitas. Pero... ¿qué es lo que más miedo nos da?, ¿qué es lo que mas nos repele de la traducción automática?. Podría ser cierto totalitarismo dictatorial que nos hace pensar que NOSOTROS y SÓLO NOSOTROS estamos capacitados para traducir... Bueno no creo que los conductores de metro se sientan infravalorados porque ahora muchos vagones circulen solos ¿verdad? ... pero a nadie le gusta que le quiten el trabajo.
Todos los que trabajamos o estamos formándonos en el campo de la traducción sentimos la creciente amenaza de las herramientas de traducción que, pudiendo ser herramientas de gran ayuda para el traductor, se presentan como competidoras que nos quitarán el pan. Pero nosotros sabemos que eso es imposible ¿no es así?. Intenten meter en una de esas páginas un verso de Shakespeare y horrorícense. Sí, pese a los millones de memorias de traducción que incluyen, estos softwares son incapaces de contextualizar como es debido, o de impregnar el alma de una obra como solo un traductor podría.
En esta línea hemos realizado una práctica en la asignatura de Informática aplicada a la traducción, "post-editando" un texto que previamente había pasado por una de estas herramientas (en este caso google translate). Para ser sinceros, no sé a qué conclusión he llegado. Es obvio que todas las traducciones necesitaban puestas a punto y a menudo tenían fallos garrafales que un traductor nunca cometería, pero también es cierto que estos softwares están mejorando a pasos de gigante y ya no cometen fallos que solían cometer hace unos años...
Pero bueno, aquí en este blog (vamos, mi pequeña persona) somos defensores del alma del hombre ante la máquina autómata (que a veces le viene muy bien al hombre, cierto es).
Para que puedan expermientarlo ustedes mismos, he instalado el gadget de google translate en el lado derecho del blog. De este modo, podrán elegir un idioma a su antojo y comprobar como serían las palabras de esta humilde bloggera, si tuviese otra nacionalidad. Pero esperen... ¿no encuentran fallos? Les dejo buscándolos.