Así es, señoras y señores. Nunca le había dado tantas vueltas a un excel y eso... queramos o no, da perecita. Cierto es que no es una herramienta que utilice a menudo en mi día a día y que todo lo aprendido en gestión de proyectos no sólo es conocimiento adquirido sino también MUY útil, pues el día de mañana, si todo va bien y hay trabajo... ¡tendrá uno que organizarse!.
Como ya dije en la primera entrada, la constancia (o más bien la organización) no es mi fuerte, la verdad sea dicha. De esta práctica he sacado pues varias conclusiones:
- La primera, el trabajo de la traducción conlleva mucho más tiempo del que a menudo creemos.
- La segunda, la organización es VITAL, si queremos un trabajo bien hecho.
- La tercera, pero no por ello menos importante, deberíamos enseñarle a nuestros clientes nuestra gestión de proyectos para que no nos vengan con eso de "Lo quiero para ayer".
Con respecto a la gestión de proyectos estudiada en clase he de resaltar varias cosas. Como ya hemos dejado claro, la gestión de proyectos nos sirve para organizar y controlar nuestro trabajo así como para resolver los problemas que pudiesen surgir en el ejercicio del mismo. Para ello, debemos tener claros unos cuantos datos, inherentes a todo ser humano o ser traductor (que para quien no lo sepa, son dos tipos de animales diferentes) en el proceso de la gestión de proyectos:
1. Traducción --> Una sola persona, trabajando ocho horas, puede traducir entre 2.500 y 3.000 palabras diarias.
2. Corrección --> Se estima que una persona, trabajando ocho horas, puede corregir (cotejar original y traducción) entre 5.000 y 7.500 al día.
3. Revisión --> Se calcula que una persona, trabajando ocho horas, puede revisar de 10.000 a 20.000 palabras al día.
4. DTP o maquinación --> Una persona podrá revisar hasta 8 páginas a la hora.
5. Ilustraciones --> Podemos trabajar con unas 3 o 4 ilustraciones a la hora.
También es muy importante tener en cuenta qué tipo de trabajo vamos a hacer y a quién se destina. Una traducción especializada siempre conllevará más documentación, tiempo para contrastar con especialistas en el campo o incluso mucha más corrección que una traducción general. Y ni que decir habría, que los textos destinados a organizar una escapada con los amigos de erasmus que colgaremos en el muro de la red social de turno no requieren la misma profesionalidad que el texto demandado por un cliente (eso sí, sea quién sea, debemos dar el máximo que podamos).
Para concluir diré que, pese a que en un principio tanta columnita pueda parecer un caos, una herramienta tan productiva como el Excel de Microsoft Office puede ser de gran ayuda para organizar (de manera muy sencilla) nuestros futuros proyectos.