miércoles, 28 de marzo de 2012

Post-edición y otros delirios del traductor

Google translate, Babylon, traductores de marca blanca (quizá algún día hacendado...). Todos ellos resuenan en los oídos del traductor como si de pesadillas se tratase. A todos nos han comentado alguna vez cómo un colega ha tenido que traducir algo para la universidad, trabajo etc. y se ha quedado tan ancho copia-pegando de una de esas maléficas cajitas. Pero... ¿qué es lo que más miedo nos da?, ¿qué es lo que mas nos repele de la traducción automática?.  Podría ser cierto totalitarismo dictatorial que nos hace pensar que NOSOTROS y SÓLO NOSOTROS estamos capacitados para traducir... Bueno no creo que los conductores de metro se sientan infravalorados porque ahora muchos vagones circulen solos ¿verdad? ... pero a nadie le gusta que le quiten el trabajo. 

Todos los que trabajamos o estamos formándonos en el campo de la traducción sentimos la creciente amenaza de las herramientas de traducción que, pudiendo ser herramientas de gran ayuda para el traductor, se presentan como competidoras que nos quitarán el pan. Pero nosotros sabemos que eso es imposible ¿no es así?. Intenten meter en una de esas páginas un verso de Shakespeare y horrorícense. Sí, pese a los millones de memorias de traducción que incluyen, estos softwares son incapaces de contextualizar como es debido, o de impregnar el alma de una obra como solo un traductor podría.

En esta línea hemos realizado una práctica en la asignatura de Informática aplicada a la traducción, "post-editando" un texto que previamente había pasado por una de estas herramientas (en este caso google translate). Para ser sinceros, no sé a qué conclusión he llegado. Es obvio que todas las traducciones necesitaban puestas a punto y a menudo tenían fallos garrafales que un traductor nunca cometería, pero también es cierto que estos softwares están mejorando a pasos de gigante y ya no cometen fallos que solían cometer hace unos años...

Pero bueno, aquí en este blog (vamos, mi pequeña persona) somos defensores del alma del hombre ante la máquina autómata (que a veces le viene muy bien al hombre, cierto es). 

Para que puedan expermientarlo ustedes mismos, he instalado el gadget de google translate en el lado derecho del blog. De este modo, podrán elegir un idioma a su antojo y comprobar como serían las palabras de esta humilde bloggera, si tuviese otra nacionalidad. Pero esperen... ¿no encuentran fallos? Les dejo buscándolos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Gestión de proyectos o... aaay que perecita.


Así es, señoras y señores. Nunca le había dado tantas vueltas a un excel y eso... queramos o no, da perecita. Cierto es que no es una herramienta que utilice a menudo en mi día a día y que todo lo aprendido en gestión de proyectos no sólo es conocimiento adquirido sino también MUY útil, pues el día de mañana, si todo va bien y hay trabajo... ¡tendrá uno que organizarse!. 

Como ya dije en la primera entrada, la constancia (o más bien la organización) no es mi fuerte, la verdad sea dicha. De esta práctica he sacado pues varias conclusiones:

- La primera, el trabajo de la traducción conlleva mucho más tiempo del que a menudo creemos.

- La segunda, la organización es VITAL, si queremos un trabajo bien hecho.

- La tercera, pero no por ello menos importante, deberíamos enseñarle a nuestros clientes nuestra gestión de proyectos para que no nos vengan con eso de "Lo quiero para ayer".


Con respecto a la gestión de proyectos estudiada en clase he de resaltar varias cosas. Como ya hemos dejado claro, la gestión de proyectos nos sirve para organizar y controlar nuestro trabajo así como para resolver los problemas que pudiesen surgir en el ejercicio del mismo. Para ello, debemos tener claros unos cuantos datos, inherentes a todo ser humano o ser traductor (que para quien no lo sepa, son dos tipos de animales diferentes) en el proceso de la gestión de proyectos:

1. Traducción --> Una sola persona, trabajando ocho horas, puede traducir entre 2.500 y 3.000 palabras diarias.
2. Corrección --> Se estima que una persona, trabajando ocho horas, puede corregir (cotejar original y traducción) entre 5.000 y 7.500 al día.
3. Revisión --> Se calcula que una persona, trabajando ocho horas, puede revisar de 10.000 a 20.000 palabras al día.
4. DTP o maquinación --> Una persona podrá revisar hasta 8 páginas a la hora.
5. Ilustraciones --> Podemos trabajar con unas 3 o 4 ilustraciones a la hora.


También es muy importante tener en cuenta qué tipo de trabajo vamos a hacer y a quién se destina. Una traducción especializada siempre conllevará más documentación, tiempo para contrastar con especialistas en el campo o incluso mucha más corrección que una traducción general. Y ni que decir habría, que los textos destinados a organizar una escapada con los amigos de erasmus que colgaremos en el muro de la red social de turno no requieren la misma profesionalidad que el texto demandado por un cliente (eso sí, sea quién sea, debemos dar el máximo que podamos).

Para concluir diré que, pese a que en un principio tanta columnita pueda parecer un caos, una herramienta tan productiva como el Excel de Microsoft Office puede ser de gran ayuda para organizar (de manera muy sencilla) nuestros futuros proyectos.

martes, 6 de marzo de 2012

¡Compañeros traductores!

Me gustaría romper una lanza por los blogs ajenos y recomendaros este magnífico blog sobre traducción (en especial sobre los aspectos de la traducción relacionados con la informática). El traductor al mando no es nada más y nada menos que un antiguo alumno de nuestra universidad, licenciado en 2008, Jose Manuel Manteca. Espero que os venga tan bien como a mi :)

http://melodiadetraduccion.wordpress.com/category/herramientas-de-traduccion-asistida/

viernes, 2 de marzo de 2012

Crowdsourcing o cómo TODOS podemos devaluar el trabajo de unos pocos

Es cierto, con el título empezamos fuerte pero... espera, espera y verás. Antes de meterme a fondo con mi opinión personal y aturdir las cabecitas de los lectores (que dudo mucho sea lo que venís buscando) voy a dejar bien claro de qué vamos a hablar.

En primer lugar vamos a dejar claras las diferencias, "tipos de" y qué conllevan. El término crowdsourcing hace referencia, como su propio nombre indica (crowd = masa y source = fuente) a la externalización de una tarea que de otro modo haría un empleado, de tal manera que se abre una convocatoria para que "cualquiera" pueda participar en ella, realizando un trabajo conjunto. Para que nos entendamos y, en lo que a la traducción respecta, es como si en lugar de encomendarle una traducción  a mi prima que es traductora, le digo a mi grupo de 15 amigos que tendrán conocimientos de idiomas, economía o vete tú a saber qué, que "podemos hacerla en común". ¿Nos hemos entendido, no? Pues eso es lo importante. 

Antes de meterme en el análisis TOTALMENTE subjetivo de este fenómeno, he de resaltar la existencia de otro tipo de traducción colaborativa distinta del crowdsourcing, la llamada traducción comunitaria. Para el usuario informático de a pie, ésta es mucho más conocida. Estamos familiarizados con ella aunque a menudo no nos demos cuenta, ya que a diario leemos en la web cantidades ingentes de textos, subtítulos, anuncios, páginas web etc. traducidas por "cualquiera". 

Y ahora bien ¿cuáles son las ventajas y desventajas del crowdsourcing y de la traducción comunitaria?. Ser imparcial, como futura traductora que soy, me será imposible queridos lectores, pero voy a intentar que no se me vea mucho el plumero... 

Tanto el crowdsourcing como la traducción comunitaria, ponen en manos de gente no especializada en la traducción una tarea que a menudo les viene grande. ¿Quién no se ha chocado con una frase completamente fuera de contexto en unos subtítulos o con una expresión en ocasiones incluso inventada?. Efectivamente, a todos nos ha pasado alguna vez, prueba innegable de que a muchos, esta tarea, les viene grande. Pero ¡oiga!, si la gente lo hace con toda la buena voluntad del mundo, ¡no seamos tan severos!. En efecto, y en parte ahí recae mi defensa de la traducción comunitaria. La mayoría de las veces que nos deleitamos con unos subtítulos para nuestra serie favorita, es otro el que ha hecho el trabajo, así que pese a que nos parece memorable... ¡a ver quién es el guapo que se queja!. Una actividad tan ociosa como cualquiera de las de este tipo que podemos llevar a cabo en internet (ver series, películas, leer...) no puede conllevar una responsabilidad tan grande como la de una traducción "perfecta" (pese a que esa nunca exista, harina de otro costal). Cierto es que toda propiedad intelectual y obra que forme parte de nuestra cultura ya sea cine, libros o demás merece una buena traducción, pero la pela es la pela, y si nos lo estamos descargando, no vamos a quejarnos... como decía mi abuela ¡quién quiera peces que se moje el culo!

Pero aquí viene mi cruzada contra el crowdsourcing (al menos, con lo que a mi experiencia personal se refiere). No quiero parecer tiránica o déspota, cada uno ha de tener su opinión, pero estimados lectores míos, tras trabajar en más de una ocasión para una empresa de crowdsourcing (www.clickworker.com) he sacado unas cuantas conclusiones negativas. En primer lugar, cuando la cosa se pone seria y los proyectos son importantes, me parece inconcebible la invisibilidad del traductor de la que se aprovechan este tipo de empresas. En segundo lugar, TODOS y digo bien, TODOS, podemos formar parte de estas "misiones" sin reclutamiento alguno. Vale, sí... me hicieron redactar un texto en Español sobre el aumento del precio de la vivienda para demostrar que era nativa pero... ¿por eso ya estoy preparada para traducir? Por favor, obtuve un 100%, me lo podían haber avisado antes y no pasaba los últimos 4 años de mi vida sacándome el título de Licenciada en Traducción e Interpretación. 


Como iba diciendo, ser tan inclusivos (algo que puede parecer tan progre) nos lleva a una situación de intrusismo laboral galopante a la par que preocupante. Aquí cualquiera puede ser traductor...pero ¡señora traductora! no se meta usted a abogada, doctora o ¡qué se yo!, arquitecta, que para eso sí que piden título...


Desde mi humilde (y quizá algo revolucionario) punto de vista, lo que nos venden como "el poder de la masa trabajando junta" no es más que "el poder de quién se aprovecha de la masa". El crowdsourcing es una estrategia empresarial y política magistral, pero como trabajadora no me parece la mejor opción. No cierro las puertas a un trabajo colaborativo en el futuro, pero las condiciones de estas empresas deberían cambiar, eso sin duda.


En el fondo todo se resume a lo mismo... ¿qué estamos dispuestos a considerar trabajo y qué hobby?


Os incluyo también un pantallazo de la página mencionada anteriormente, para la cuál he realizado varias traducciones.